lunes, 17 de abril de 2017

El cambio climático y las ciudades

Efecto del incremento de las temperaturas

El estudio sobre de qué manera afectarán las temperaturas a las urbes y a los ambientes naturales ha sido efectuado por la Universidad de Lovaina (Bélgica) y han tenido conclusiones bastante sólidas que han presentado en la reunión que la UE de Geociencias festeja en Viena.

Uno de los autores primordiales de la investigación sobre las temperaturas llamado Hendrik Wouters ha afirmado que los efectos negativos del cambio climático en lo que se refiere a las temperaturas van a ser el doble de graves en las urbes que en los espacios naturales.

Es ya conocido por otras investigaciones precedentes que el efecto de las temperaturas más altas es mayor en las urbes que en los ambientes rurales. Singularmente por las noches se da el efecto “isla de calor” que se trata de la ascensión del aire caliente retenido en la superficie de las aceras y el asfalto que provoca un incremento de las temperaturas. Lo que hace este estudio de revolucionario es cuantificar por vez primera hasta qué punto las urbes van a tener temperaturas más altas.

Consecuencias que tiene el calentamiento global en las urbes

Hay estudios que prueban que las olas de calor están incrementando en las urbes, tanto de frecuencia como de intensidad. Con la ola de calor aumentan los ingresos hospitalarios por deshidratación, reduce la productividad, se elevan los daños a las infraestructuras y en los casos más extremos, se acrecientan los casos de muerte.

En este estudio, los estudiosos han efectuado análisis de de qué forma interaccionan los efectos de las olas de calor en las urbes y en los ambientes naturales. Para esto han empleado mediciones de temperatura de los últimos treinta y cinco años en Bélgica y lo han equiparado con la frecuencia y también intensidad con la que se han sobrepasado los límites de temperaturas. Esos límites marcan los daños que se provocan tanto a la salud como a todo lo citado previamente.

Como resultado se puede observar que a lo largo del periodo estudiado las olas de calor han sido considerablemente más intensas en las urbes que en el campo. Esto se espera que se agrave en un futuro.

Futuro próximo

Una vez han logrado las conclusiones de las investigaciones, se han dedicado a efectuar estimaciones sobre qué va a ocurrir en un futuro. Las estimaciones se fundamentan en simulaciones hechas por medio de modelos generados con ordenadores. Estas estimaciones prevén que para el periodo dos mil cuarenta y uno-dos mil setenta y cinco el impacto del calor en las urbes va a ser 4 veces mayor que en el campo.

Los estudiosos aclaran que estas estimaciones corresponden a un escenario medio y reconoce que existen abundantes factores que pueden afectar al cálculo, como por poner un ejemplo una bajada radical de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmosfera o bien un detenimiento en el desarrollo de las urbes.

La peor situación para las olas de calor extremo sería un incremento de hasta diez grados los niveles de alarma y se alargarían a lo largo de veinticinco días en el verano. No obstante, si las emisiones de gases de efecto invernadero se redujesen, sería semejante al de ahora.

Con todo esto, se procura hacer referencia de la necesidad que existen de que las urbes rediseñen su estructura y ordenación en función al cambio climático. Por servirnos de un ejemplo, con un diseño de urbe vertical, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero o bien emplear infraestructuras menos contaminantes. Son pautas para reducir los efectos de las olas de calor. 

Está previsto que la tecnología suponga un avance para tratar de reducir la contaminación y frenar el cambio climático. 

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